Dolor miofascial / Punción seca
Es una técnica invasiva (que exige una formación altamente específica, tanto en la esfera diagnóstica como terapéutica, de la que actualmente, solo disponen los fisioterapeutas) que emplea del estímulo mecánico de una aguja para el tratamiento del Síndrome de dolor Miofascial (SDM). Se usa el término «seca» para enfatizar el hecho de que no se infiltra ningún tipo de sustancia en el organismo.
El SDM se define como conjunto de signos y síntomas causados por los puntos gatillo miofasciales.
Algunos de los signos y síntomas más característicos son: dolor referido, debilidad muscular, restricción de la movilidad, descoordinación, fatiga muscular, (la fuerza de contracción máxima del músculo está debilitada), retardo en la relajación y en la recuperación muscular tras la actividad, así como espasmo muscular. Alteraciones propiocetivas: mareo, desequilibrios…
Un Punto Gatillo Miofascial (PGM) es un nódulo hiperirritable situado en una banda tensa palpable formada por fibras musculares esqueléticas. Es doloroso a la presión y cuando es estimulado puede evocar dolor referido característico y fenómenos autonómicos del sistema nervioso autónomo (suelen darse en zonas de dolor referido: vasoconstricción localizada, lagrimeo, sudoración, hipersalivación y activación pilomotora -piel de gallina-).
Es el tratamiento de las alteraciones musculares con el objetivo de disminuir o hacer desaparecer el dolor y restablecer su función, acabando con aquellos problemas ocasionados por patologías de tipo agudo o crónico derivados de los PGM.
Éste se lleva a cabo utilizando una aguja de punción seca, con la que, previa asepsia cutánea de la zona se incide directamente en el PGM, realizando varios abordajes sobre éste sin llegar a extraer la aguja. En algunos casos de aplica corriente eléctrica que se hace pasar a través de ella.
Se establece una pauta de una sesión semanal durante un máximo de 6 sesiones. Si tras la tercera sesión no se alcanza ninguna mejoría, el tratamiento se suspendería y se establecerían como alternativa pautas de fisioterapia de tipo conservador.
La aplicación de la técnica ha demostrado que el paciente puede experimentar dolor durante la punción, así como un ligero o moderado dolor después de la misma. Generalmente, no supera las 48h.
Existe la posibilidad de sufrir mareos durante el tratamiento pero esta complicación no supone ningún riesgo para la salud. Son posibles otros efectos secundarios como dermatitis por contacto, hematomas, mioderma... aunque son poco frecuentes.
Al tratar en zonas donde hay compromiso neural, la penetración de la aguja puede provocar una sensación eléctrica desagradable. Debes avisar a tu fisioterapeuta para que pueda modificar la zona del pinchazo para evitar que el nervio afectado se lesione.
También debes avisar en caso de embarazo, alergia a metales, hipotiroidismo, neumotórax anteriores, uso de anticoagulantes o antiagregantes, procesos neoplásicos, enfermedades infecciosas (VIH, hepatitis...) u otro tipo de patalogía que el fisioterapeuta deba conocer.