Fisioterapia traumatológica

El dolor crónico se caracteriza por profundos cambios en la excitabilidad neuronal y en la arquitectura de la matriz del dolor. Además, los cambios dinámicos que ocurren durante la iniciación, amplificación y perpetuación de los síndromes de dolor crónico proporcionan información sobre algunos de los efectos observados después de la punción seca y otras modalidades de medicina física.

Por ello, en Fisioterapia del Valle, tratamos la Sensibilización Espinal Segmentaria, partiendo de una valoración y diagnóstico de la zona sensibilizada con múltiples técnicas, entre ellas: ejercicio terapéutico, terapia manual, punción seca, ganchos, DNS, etc.

Único Centro en Cantabria que cuenta con el equipo Dolphin Neurostim™ (DNS)

Somos el único Centro en Cantabria que contamos con el equipo Dolphin Neurostim™ (DNS). Es un dispositivo de microcorriente que produce una estimulación puntual, similar a los TENS (corrientes de estimulación nerviosa transcutánea) diseñado específicamente para el alivio del dolor muscular: De 80 a 800 microamperios.

El DNS mide los cambios en la resistencia de la piel para detectar y estimular terapéuticamente puntos activos con gran precisión, con el fin de relajar los músculos, calmar el sistema nervioso y liberar endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. El dispositivo está diseñado para detectar y tratar estos puntos activos con gran precisión y potencia científica, proporcionando estimulación de los tres sistemas a la vez: nervioso, muscular y endocrino.

El resultado final es un enfoque único, simple, natural y efectivo para el alivio del dolor muscular y los síntomas de dolor crónico. También ha demostrado ser altamente efectiva en el área del tratamiento de cicatrices y adherencias.

Dentro de este abanico tan grande del dolor crónico, tratamos:

La fibromialgia es como se conoce a un cuadro de dolor generalizado crónico  que va acompañado de otros síntomas como alteración de la sensibilidad a la temperatura, ruido o al dolor en múltiples áreas corporales, fatiga muscular, alteraciones del sueño (no reparador)  y otros síntomas variables (intestino irritable, cefaleas, ansiedad, etc.) coexistiendo con trastornos reumáticos y psiquiátricos.

Requiere un tratamiento biopsicosocial, es decir, introducir un cambio en el estilo de vida desde la fisioterapia, psicología, psiquiatría, reumatología y la nutrición.

La fibromialgia, a pesar de lo que podamos encontrar en internet, es una patología con solución, tratable y con la que podrás vivir mejor con un tratamiento biopsicosocial, y con actividad física moverte mejor y sentirte mejor.

 

La endometriosis es una enfermedad crónica que consiste en la aparición de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. Puede afectar a cualquier persona que tenga o haya tenido aparato reproductor femenino, y es mucho más frecuente desde la menarquia (primera menstruación) hasta la menopausia.

La endometriosis es un síndrome de causa multifactorial:

  • Presencia de un endometrio ectópico (fuera de la cavidad uterina)
  • Predisposición genética
  • Factores epigenéticos
  • Disfunción del sistema inmunológico
  • Factores psicoemocionales
  • Alteración del sistema endocrino (es estrógeno – dependiente)

Estas causas, de manera aislada, no provocan la endometriosis. Se necesita una interrelación entre ellas para llegar a desarrollar esta patología. La endometriosis es por lo tanto una patología sistémica. No la podemos tratar de manera focalizada y aislada. En consecuencia, su abordaje tendrá que ser sistémico con un equipo multidisciplinario que pueda acompañar el proceso y mejorar la calidad de vida de las personas que la desarrollan.

Los síntomas pueden variar en cada persona: dolor agudo durante la menstruación, sangrados abundantes, dolor pélvico crónico, edema abdominal, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), vaginismo (espasmo involuntario de la musculatura de la vagina que imposibilita la penetración), dificultad en la fertilidad, diarrea, disquecia (dolor a la defecación), estreñimiento, hipertonía de la musculatura del suelo pélvico (muy frecuente), contracturas en vagina y vulva, congestión vulvar, etc.

Con la fisioterapia conseguimos trabajar para disminuir esta inflamación, liberar adherencias y reducir el dolor con diferentes herramientas.

Técnicas manuales: Liberar adherencias o tensiones musculares, masaje perineal para relajar la musculatura del suelo pélvico, estiramientos, trabajo postural, de respiración...

Técnicas instrumentales: TENS para relajar y disminuir el dolor, hipertermia para activar la regeneración del tejido y mejorar su nutrición y calidad.

Fisioterapia postquirúrgica: En los casos de endometriosis muy severas, que necesitan pasar por una pararoscopia para poder eliminar estas adherencias, la fisioterapia del suelo pélvico vela para evitar que se generen nuevas adherencias provocadas por la intervención, disminuir el dolor y mejorar las tensiones internas.

Es una técnica invasiva que emplea el estímulo mecánico de una aguja para el tratamiento del Síndrome de dolor Miofascial (SDM). Se usa el término «seca» para enfatizar el hecho de que no se infiltra ningún tipo de sustancia en el organismo.

El SDM se define como conjunto de signos y síntomas causados por los puntos gatillo miofasciales.

Algunos de los signos y síntomas más característicos son: dolor referido, debilidad muscular, restricción de la movilidad, descoordinación, fatiga muscular, retardo en la relajación y en la recuperación muscular tras la actividad, así como espasmo muscular. Alteraciones propioceptivas: mareo, desequilibrios…

Un Punto Gatillo Miofascial (PGM) es un nódulo hiperirritable situado en una banda tensa palpable formada por fibras musculares esqueléticas. Es doloroso a la presión y cuando es estimulado puede evocar dolor referido característico y fenómenos autonómicos del sistema nervioso autónomo (suelen darse en zonas de dolor referido: vasoconstricción localizada, lagrimeo, sudoración, hipersalivación y activación pilomotora (piel de gallina).

Es el tratamiento de las alteraciones musculares con el objetivo de disminuir o hacer desaparecer el dolor y restablecer su función, acabando con aquellos problemas ocasionados por patologías de tipo agudo o crónico derivados de los PGM. 

Éste se lleva a cabo utilizando una aguja de punción seca, con la que, previa asepsia cutánea de la zona se incide directamente en el PGM, realizando varios abordajes sobre éste sin llegar a extraer la aguja. En algunos casos de aplica corriente eléctrica que se hace pasar a través de ella. 

Se establece una pauta de una sesión semanal durante un máximo de 6 sesiones. Si tras la tercera sesión no se alcanza ninguna mejoría, el tratamiento se suspendería y se establecerían como alternativa pautas de fisioterapia de tipo conservador.

La aplicación de la técnica ha demostrado que el paciente puede experimentar dolor durante la punción, así como un ligero o moderado dolor después de la misma. Generalmente, no supera las 48h.

Existe la posibilidad de sufrir mareos durante el tratamiento pero esta complicación no supone ningún riesgo para la salud. Son posibles otros efectos secundarios como dermatitis por contacto, hematomas, mioderma... aunque son poco frecuentes. 

Al tratar en zonas donde hay compromiso neural, la penetración de la aguja puede provocar una sensación eléctrica desagradable. Debes avisar a tu fisioterapeuta para que pueda modificar la zona del pinchazo para evitar que el nervio afectado se lesione.

También debes avisar en caso de embarazo, alergia a metales, hipotiroidismo, neumotórax anteriores, uso de anticoagulantes o antiagregantes, procesos neoplásicos, enfermedades infecciosas (VIH, hepatitis...) u otro tipo de patalogía que el fisioterapeuta deba conocer.

El principal síntoma es la presencia de dolor focalizado en la zona lumbar y en ocasiones puede comprometer la región del glúteo.

El dolor crónico lumbar inespecífico puede ser más o menos intenso modificando su intensidad en función de las posturas y actividad física, acompañado de dolor con el movimiento.

Los programas multidisciplinares son eficaces en el tratamiento del dolor lumbar y se puede incrementar con masajes combinados con ejercicio y educación.

La fisioterapia puede ayudar a controlar el dolor pélvico crónico.

Se pueden detectar zonas rígidas en los tejidos que estén vinculadas con este tipo de dolor. Se realizan técnicas de liberación miofascial, como estiramientos y presiones en esas franjas para aflojarlas. También se pueden tratar puntos concretos del dolor enviando pequeñas corrientes eléctricas de bajo voltaje a los nervios cercanos.